SILVIA GARZA

EL DECLIVE DE LA CULTURA Y EL AUGE DE LA VIOLENCIA


 
A veces, lo que veremos sera simplemente horroroso, pero si no examinamos y entendemos las causas de ese mal no podremos cambiarlo, contenerlo o transformarlo mediante decisiones fundadas y medidas sociales innovadoras." Philip Zimbardo. El efecto Lucifer.
 

México vive hoy uno de los momentos mas convulsos de su historia. En muchos estados del país, la violencia aparece de manera cotidiana en la vida de los ciudadanos. Sufrimos una violencia social aparentemente insuperable que se extiende, silenciosa como un cancer, entre todos los habitantes, incluidos los mas pequeños. Se trata de una crisis de grandes dimensiones y su gravedad radica en que esta siendo alimentada precisamente por aquello que debería contenerla: la educaci6n y la cultura.

En el siglo XXI vemos, azorados, una generación de niños aislados , mas atraídos por la tecnología y la agresividad que por el cultivo de los mejores valores humanos. Muchos de los anhelos infantiles actuales están plagados de ambiciones en las que la ira, el odio o el éxito inmediato salen triunfantes, mientras que los ideales de generosidad, amor, conocimiento o legalidad prácticamente han desaparecido. Es decir, el impulso educativo hacia el crecimiento económico, el lucro y la compulsión consumista ha provocado que muchos jóvenes de comunidades, sobre todo rurales o marginadas de México, donde he trabajado, vivan en un contexto que ha erosionado sus ideales de desarrollo intelectual, social o espiritual mas elementales.

Ni las instancias educativas ni la sociedad mexicana podemos quedar exentas de esta problemática; es necesario articular y comunicar a los ciudadanos un discurso reflexivo y crítico sobre las repercusiones, tan directas y totales, que tiene la violencia actual en la vida, la sociedad, el ecosistema y, sobre todo, en la configuración emocional e intelectual de los niños. Si los mexicanos asumimos, sin resistencia ni critica, los valores negativos que padecemos, esta crisis y el sentimiento de impotencia moral colectiva seguirán creciendo inexorablemente, y con ellos, la incapacidad para juzgar objetivamente y actuar la esperanza de construir una en el corto plazo una nueva sociedad armónica.

Tanto los aspectos creativo e imaginativo como la capacidad de critica están siendo eliminados de la educaci6n básica obligatoria del país. Y no hay que olvidar que para muchos niños la escuela es, y será, la Única posibilidad de conocer la belleza, la justicia y la verdad. De ahí la necesidad de que, como sociedad civil, rechacemos aquellos modelos educativos que solo opten por promover habilidades productivas y altamente especializadas en su aplicación, cuyo objetivo se limite a generar ganancias. De ahí también la necesidad de criticar una educaci6n unilateralmente orientada a la adquisición de las habilidades que mas se avienen con el crecimiento económico y el lucro. Esta condición formativa resulta inadmisible para quienes nos dedicamos a la educación, ya que sabemos que la riqueza del ser humano reside en su capacidad de tener una visión humanista, propia de un ciudadano democrático y solidario: la educación no consiste solo en enaltecer los poderes técnicos o económicos, sino, sobre todo, en apreciar la diversidad de las culturas, y la dignidad y la singularidad de to humano.

Mi tesis es la siguiente: la crisis actual mexicana se esta nutriendo de los modelos educativos derivados de una cultura moderna que propicia la apología de la violencia. Peligrosamente, el contexto cultural y educativo están provocando una transformación de "los anhelos" del niño actual, homo violentus, que implicará un nuevo orden social, que muchos ni siquiera han advertido. En el ario 2009 hicimos una consulta sobre la violencia familiar y escolar que viven los niños en México. Entrevistamos a 3,740 niños, entre 8 y 18 arios, de las escuelas publicas de 19 estados de la republica. Uno de los datos que nos sorprendi6 fue descubrir que el 48% de los niños, en sus casas, sistemáticamente eran golpeados por sus padres con objetos duros, como cinturones, tablas o chanclas. Constatamos que para los niños la violencia esta legitimada. Para los niños la violencia es la forma mas rápida y eficaz de resolver los problemas. Sin duda, el vinculo amor y violencia result6 ser mas fuerte de lo que pensábamos. Y las consecuencias de utilizar la violencia como herramienta educativa son visibles: mas allá de la afecci6n física queda un sentimiento de disolución de la dignidad de la persona, sentimiento que propicia la frustración y la agresividad. Valeria Luiselli, en su libro Los niños perdidos, un ensayo en cuarenta preguntas, narra su experiencia, como traductora en la Corte Federal de Inmigración de Nueva York, sobre la devastación del imaginario infantil de los niños migrantes indocumentados, cientos de infantes centroamericanos que logran cruzar, por México, a Estados Unidos y que son victimas de violaciones, abusos y maltratos. Nos dice Luiselli: "Me imagino que en la mente de muchos niños que emigran, el mundo es un lugar en donde no se vive en realidad con nadie. Con quienes vives realmente cuando to comunidad inmediata esta deshecha por la violencia sistemática, por la corrupci6n a todos los niveles, por la negligencia de los políticos, y la impotencia de los ciudadanos, y, sobre todo, ¿por el miedo y la desconfianza las personas con quienes vivimos”?

Es verdad que esta crisis mexicana se corresponde con otra de carácter mundial mas amplia: la crisis contemporánea es diferente a las del pasado, escribe Zygmunt Bauman: "los retos actuales están golpeando duramente la esencia misma de la educación tal como se le concibi6 en el umbral de la larga historia de la civilización: hoy esta en tela de juicio lo invariable de la idea, las características constitutivas de la educación que hasta ahora habían soportado todos los retos del pasado y habían emergido ilesas de todas las crisis. Me refiero a los supuestos nunca antes cuestionados".

Es urgente modificar este discurso deforme. Y si la cultura es aquello que permite al hombre la capacidad de reflexionar y de discernir a prop6sito de los valores para poder convivir con sus semejantes, ante la violencia sistemática que padecemos en México me parece urgente cultivar, desde el ámbito educativo, el alma de los ciudadanos, y engrandecer su sensibilidad y su conocimiento, con el fin de establecer una mejor comprensión de los otros. En la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de la UNESCO, se dice:

«La cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias».

Asir, la apuesta radica en fortalecer las artes, la literatura, la educación humanista, como herramientas eficaces para denunciar los maltratos, los abusos y la violencia, y lograr construir una mejor sociedad. Es claro que no tengo objeci6n ninguna contra la educaci6n tecnológica y científica, pero la tecnología poco esta haciendo por la Buena y futura salud de sus usuarios. Tengo casi diez años de ofrecer, desde la Organización de la Sociedad Civil que presido, Educadores somos todos, A.C., programas culturales en las comunidades mas vulnerables de mi país. Hemos llevado el arte, la lectura, la música clásica y el teatro a las comunidades indígenas y a los barrios marginados con mayores índices de violencia. He tenido experiencias muy conmovedoras. Estos proyectos culturales nos han hecho reconocer que las emociones mas profundas no siempre pueden expresarse verbalmente y que el arte ayuda a esa liberación del alma. La vulnerabilidad, el miedo, el enojo, la desconfianza son emociones en las que la narrativa y el teatro abren las puertas a ese mundo silenciado. La literatura nos ha permitido que mujeres victimas de violencia de genero, por ejemplo, logren establecer una comparación "con otras" mujeres, "con otras" familias, o "con otros" personajes que han sufrido lo mismo que ellas.

Con estos programas, los beneficios no han sido solo culturales; nos estremece conocer las repercusiones sociales del proyecto. Como he dicho, la literatura y el teatro han resultado ser magníficos antídotos frente al conformismo de mujeres que vivían bajo condiciones indignas de sometimiento. Francisca, profesora de la meseta purepecha en Michoacán, uno de los estados con mayor violencia del país, ha movilizado a una gran cantidad de mujeres de Ocumicho, Paracho y Uruapan para señalar, desde la literatura, la violencia machista en la que han vivido toda su vida. Las instancias de canalización de atención a victimas nos empiezan a mostrar los avances en las denuncias de malos tratos hacia las mujeres de la zona. 1, Por que es importante que las mujeres y los niños se acerquen a los libros? ¿Para que sirve la lectura? ¿Que ventajas o destrezas intelectuales adquirirán quienes se aficionan a la música clásica? ¿Que virtudes desarrollarán los niños que participan en las obras de teatro de fábulas de Samaniego o La Fontaine? No lo podemos responder en términos cuantitativos; sin embargo, quienes elaboramos estos proyectos lo sabemos: la literatura, la música, el teatro y las artes son instrumentos de transformación, de defensa y de lucha contra la adversidad.

El hecho de que las mujeres de la meseta purepecha michoacana, para seguir con el mismo ejemplo, hayan despertado a su propia condición de dignidad, respeto y justicia humana es el provecho mas grande, para ellas y también para nosotros, que se ha obtenido. Aunque a muchos nuestra propuesta les parezca inútil, siempre hemos insistido, desde la sociedad civil, en que los niños, los jóvenes y las mujeres deben leer, acercarse a la música e ir al teatro. La literatura nos ha servido para empezar a tejer redes que sostengan a toda la comunidad, ya que los lectores de Ibsen o de Shakespeare o de Juan Rulfo, se han entendido y se han sentido miembros de la misma especie porque, en eras obras, han aprendido aquello que compartimos como seres humanos, lo que permanece en todos nosotros por debajo del amplio abanico de diferencias que nos separan; y nada ha resultado mejor al ser humano contra la estupidez de los prejuicios, del racismo, de la xenofobia, de los nacionalismos excluyentes o de la violencia. Esta comprobaci6n incesante que aparece siempre en la gran literatura es la igualdad esencial de hombres y mujeres de todas las geografías y estratos sociales.

Existen algunas experiencias internacionales donde también se ha operado esta vinculación de cultura y paz social. Recordemos el caso de la ciudad de Palermo, Italia, en donde La Cosa nostra provoc6, durante décadas, que la ciudad fuera sinónimo de crimen organizado, corrupción y violencia. En 1992 la mafia mand6 asesinar a los jueces Paolo Borsellino y Giovanni Falcone. Ante estos crímenes, y en oposición a la mend, el pueblo entero se echo a la calle con la finalidad de que el mundo conociera el estado de miedo y violencia en el que los sicilianos vivían a diario. Gracias al programa cultural "Una nueva cultura de la legalidad", hoy la capital de Sicilia es símbolo de "Renacimiento". Los tres ejes de acción iniciales del programa fueron:

1) la escuela,

2) el ámbito socio-cultural y

3) la renovación urbanística.

Este programa lo han continuado hasta nuestros días.

Sicilia nos ha enseñado una forma en la que la sociedad civil puede reaccionar con éxito ante la violencia e intimidaci6n del crimen organizado: la cultura y la educación. Para combatir la violencia, los sicilianos reconocieron el valor de las artes y la cultura. De alguna manera, las bisagras Cultura-Justicia y Arte-Legalidad continúan hoy en el Valle de los Templos, la antigua Akragas de Agrigento, uno de los espacios culturales mas emblemáticos de la isla siciliana: en el espacio cultural sagrado, entre el Templo de la Concordia y el de Juno Lacinia, en el principio mismo de la civilización occidental, se extiende, entre olivos y miles de turistas, El jardín de los jueces como un reconocimiento actual a aquellos magistrados que, con sus muertes, iniciaron un cambio de mentalidad en la sociedad.

Algunos podrán pensar que difícilmente el arte detendrá la violencia, y acaso tendrán razón, pero to cierto es que el arte si puede prevenir su inminencia y desde luego puede ayudar a construir, como los sicilianos to hicieron, una nueva cultura cívica con el principio aristotélico de armonía fundamental. En México hay algunas organizaciones de la sociedad civil que se dedican a la educación para la paz. RedeseArte Cultura de Paz es una de ellas.

"A finales de 2010, Ciudad Juárez era ya considerada por tercer ano consecutivo como la ciudad mas violenta del mundo, con una tasa de homicidios de 227 por cada 100 mil habitantes, superando zonas en guerra como Bagdad o Afganistán, que llegaban a 27 y 170 respectivamente. Un domingo de marzo del 2011 las voces de las sirenas cambiaron por el resonar de las risas de cientos de niños que alegres tomaban la explanada del Centro Cultural Paso del Norte ante la mirada cómplice de familiares y maestros (...) cual seria la sorpresa de todos cuando alrededor de cuatro mil niños de las colonias abandonadas en la periferia de la ciudad visitaban por primera vez el centro cultural y to hacían con tal orden, disciplina y toda la dignidad del mundo. En una ciudad que se encontraba convulsa, estigmatizada y serialada como la mas violenta del mundo, dentro de todo ese horror cotidiano y el temor que implica que las distintas policías y el ejercito patrullen las calles, que los criminales hagan de las suyas a plena luz del día, la presencia de estos cuatro mil niños venían de comunidades vulnerables en muchos sentidos y muy alejados de la infraestructura cultural, parecía una flor en medio del desierto juarense (...) Ese día no hubo muertos por primera vez en muchos días, la ciudad que estaba siendo abatida por las balas tenia un impasse para ver sonreír a sus niños, a pesar de que los muertos se contaban por docenas diariamente, los niños arin estaban ahí, victimas silenciosas de lo que estaba sucediendo en nuestra ciudad; terminarían por convertirse en artífices de esa transformación de sus comunidades, que sedan articuladas en derredor del arte".

Con programas con este, o como los que propiciamos desde Educadores, hemos logrado vincular entre los mexicanos mas vulnerables conceptos de libertad, de felicidad y de progreso con el desarrollo de las artes. La Secretaria de Educación Publica ha hecho esfuerzos con programas de prevención de violencia, pero dichos programas, que se han estipulado en los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y el Programa Sectorial de Educación 2013-2018, a mi juicio, cumplen mas con las motivaciones políticas que con las educativas o culturales. Generalmente, quienes diferían políticas educativas suelen considerar las disciplinas artísticas como meros ornamentos improductivos y, en una época en que las naciones deben prescindir de todo aquello que no sea productivo, las humanidades, la literatura y las artes han ido perdiendo terreno aceleradamente; no solo desaparecen de los programas y planes de estudio, sino también han sido eliminadas peligrosamente de la mente y de los corazones de los propios profesores y estudiantes. En las comisiones de cultura y de educación, es frecuente encontrar a servidores públicos o políticos con una ética de la irresponsabilidad, como los llama Giovanni Sartori:

"A la luz de la aka de los principios, el político que produce desastres se queda tan tranquilo. Su defensa es: mis principios y mis intenciones eran buenas, y yo respondo solo de su pureza (...) La aka de las intenciones esta en su puesto cuando afecta a la esfera de las decisiones individuales: pero se sale de su sitio cuando invade la esfera de las decisiones colectivizadas. Bien entendido, no es que estas últimas no deban estar guiadas por finalidades o por intenciones, o que estas intenciones no deban ser Bien- intencionadas. Es que en el ámbito de las decisiones colectivizadas la bondad de los intentos no basta. Por tanto, la ética de las intenciones si, y solo si, habría en el ámbito que le compete. En cambio, se convierte en una mala ética de la irresponsabilidad.

Y el caso es que hoy la ética de los principios prevalece en todos los terrenos, y cada vez mas, sobre la aka de las consecuencias. ¿Como se explica esto?" El camino será largo, si, pero estoy convencida de que el refuerzo de la educación humanística y artística es lo que nos permitira vislumbrar un futuro mejor, un porvenir que no quede reducido a la comunicación electrónica y a la existencia humana configurada como un mero aparato de consumo.

No hay que olvidar que la función de la cultura consiste también en crear un autentico espacio público de reflexión sobre el futuro que queremos. Y justamente, en este momento de gran crisis, mediante la enseñanza de las artes podremos comprender, enfrentar y transformar la dramática situación histórica actual y nuestra condición existencial frente a ella. Creo que únicamente los individuos conscientes de su valor, de mente abierta y reflexiva, y de carácter participativo, podrán generar sociedades prosperas, modernas y progresistas; y solo en estas sociedades podrán florecer sistemas democráticos, transparentes, con equidad y justicia social, que otorguen, a cambio, solidez a la sociedad que los vea nacer.