Mediante un lenguaje directo y sencillo, la escritora e ilustradora Virginia Piñón invita al joven lector a reflexionar sobre sus emociones de una forma positiva. A través de frases ilustradas con lápices que se adaptan al sentido del discurso, Piñón se enfoca en el estado de ánimo del lector y lo estimula a desarrollar su autoestima, y a dejar atrás aspectos negativos como la inseguridad, el miedo, el hermetismo, la angustia, y todas aquellas sensaciones que no le permiten crecer interiormente. Es un bello libro que enseña la importancia del autoconocimiento, pero sobre todo, de la autoafirmación. Cada quien, como si fuera su propio lápiz, puede dibujarse de la mejor forma posible.